Hacinamiento en Carceles
HACINAMIENTO EN CARCELES
Las nuevas leyes fundacionales como la ley Marcelo Quiroga Santa Cruz Nº 004/2010, la ley de Aduanas Nº 780/2010 y la Ley de modificación al Procedimiento Penal Nº 007/2010 y las nuevas tipificaciones en el Código Penal además de otras que se elaboran están creando nuevos tipos penales, lo que llevará a que los centros penitenciarios tengan nuevos visitantes con detenciones preventivas o con sentencias condenatorias cortas o largas.
Las cárceles están hoy hacinadas, sobrepasan y en mucho el porcentaje máximo de su capacidad, entre ellas San Pedro (519%), Centro de Orientación Femenina de Obrajes en La Paz (244%); San Sebastián Varones (125%), San Pablo de Quillacollo (318%); Palmasola varones (371%), Palmasola mujeres (176%) y San Pedro de Oruro mixto (238%);
En estos centros las personas viven en condiciones inadecuadas, en celdas sin ventilación, con enfermedades, con retraso en la alimentación, algunas sin los servicios de alcantarillado. Todos juntos en una especie de basureros.
Si se pretende rehabilitar, tenemos que dar las condiciones de habitabilidad a las personas privadas de libertad, aunque los delitos sean graves. Ellos y ellas son personas y el principio del encarcelamiento es la rehabilitación y no el aislamiento, el sufrimiento o el vivir mal. Las autoridades administrativas olvidan los derechos humanos de esta población.
Para mejorar la vida de estas personas que se encuentran hacinadas al interior de los centros penitenciarios, se debe entregar cárceles ya construidas como las de Oruro, Montero, Uncia, Chimore, Santa Cruz y Viacha.
Conociendo esto vemos que hay una contradicción en la administración penitenciaria de nuestro Estado Plurinacional, mientras en algunos centros los privados de libertad están abarrotados y hacinados, en otros viven en ambientes amplios grandes y abandonados, donde los jueces no sentencian y si lo hacen por alguna argucia jurídica los privados de libertad no son trasladados, permaneciendo en las cárceles hacinadas.
Si pretendemos dejar sin hacinamiento las cárceles y que los privados de libertad vivan en condiciones mínimas de humanidad, descentralicemos las cárceles y habilitemos las carceletas en provincias.
Las autoridades administrativas indican que no existen los medios necesarios, que no hay personal suficiente, que no se tienen recursos para la alimentación y por estos justificativos se deja a los privados de libertad en condiciones inadecuadas de habitabilidad.
Animemos al voluntariado para que presten su servicio, recurramos a las universidades para que sus noveles profesionales puedan atender a los privados de libertad, hagamos que las gobernaciones departamentales cumplan su función de coadyuvar con el proceso de rehabilitación aportando recursos económicos provenientes del IDH y que los gobiernos locales y municipios cumplan formando mancomunidades con los municipios que tienen en su jurisdicción las cárceles construidas.
Los privados de libertad han surgido de nuestra comunidad y debe ser la misma sociedad la que resuelva el problema del encarcelamiento. De lo contrario podemos ser víctimas, en cualquier momento, de personas que no han sido rehabilitadas.
Ramiro Llanos Moscoso fue director general de Régimen Penitenciario.
Fuente:
https://www.paginasiete.bo/2010-11-13/Opinion/Destacados/14Opi00213-11-10-P720101113SAB.aspx